Refresco refresco everywhere

Foto: Envato

La vida en las grandes ciudades está planteada como un ir y venir a toda prisa, de la casa a la escuela, al trabajo y viceversa. Poco a poco este trajín de la vida cotidiana nos lleva a naturalizar ciertas prácticas, ciertos hábitos que se convierten en características que por un lado nos distinguen y por el otro, nos agrupan. Es de esperar que en medio de este tren a toda marcha que es el día a día en las megalópolis  lo más común sea que olvidemos parar un poco a reflexionar sobre nuestros hábitos y costumbres que a final de cuentas nos identifican no solo como individuos sino como sujetos pertenecientes a un grupo social determinado.

Dime qué tomas y te diré quién eres

Ya sea, porque preferimos vestir tal o cual moda, usar tal o cual producto, opinar de tal o cual forma, dichos gustos o preferencias van a caracterizarnos  queramos o no. Quizás el punto es que deberíamos ser, sino por completo, sí más conscientes de ello. Es verdad que en muchas ocasiones hacemos elecciones que responden mucho a la inercia que a una verdadera reflexión sobre dichas elecciones. Aquí va un ejemplo: resulta que según estudios de Euromonitor Internacional,  empresa investigadora de mercados, México es nada más y nada menos que el cuarto país que más consume refresco en el mundo ¡en el mundo! Sí,  solo debajo de Argentina, Estados Unidos y Chile. Infantes, jóvenes y adultos no importa la edad o el género para el caso mexicano tomar refresco es una tendencia generalizada. Y esto sí que es  una mala noticia, si consideramos los problemas relacionados con el consumo de “gaseosas” que, entre otras cosas, necesitan ser saborizadas y carbonatadas para poder ser consumidas y que además  cuentan con un alto contenido de edulcorantes artificiales, ácido fosfórico, benzoato de potasio, ácido cítrico, cafeína y agua, sí, todo eso en una inofensiva  “botellita” y más…

Digamos, en palabras más terrenales, que cada litro de refresco equivale a unas diez cucharadas de azúcar, una barbaridad ¿verdad? Pues bueno, digamos también que en México se consume aproximadamente medio litro de soda por persona al día lo que se traduce en más o menos 160 litros de líquido extra azucarado al año. Aquí, cuando tratamos de hacer la operación para saber cuánta azúcar hay en 160 litros de refresco, la cosa se pone dramática ¿no? Y es que de inmediato podemos cerrar la pinza y asociar  a este consumo desenfrenado de azúcar dos cosas, por un parte, que México se haya convertido en uno de los países con mayores casos de Diabetes en el mundo y por la otra, que se también se haya convertido en uno de los países con mayor índice de obesidad en América Latina.

Pero qué va, si solo fuera la obesidad, no habría mayor problema al fin al cabo algún día tenemos que trascender el canon de belleza occidental, perfil griego incluido. Sin embargo, la preocupación en torno a la obesidad no es un mero capricho estético, muy por el contrario detrás de una persona obesa suelen hallarse, la estadística es dura, enfermedades asociadas como la Diabetes tipo 2, una enfermedad crónico degenerativa y que en algunas ocasiones llega a ser mortal, o sea que el consumo de azúcar en grandes cantidades, la obesidad y la diabetes son todos elementos de un mismo problema. 

Decir de paso que en la actualidad la diabetes podría considerarse sin lugar a dudas una de las grandes enfermedades del siglo xxi  y ¡oh sorpresa! Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) México ocupa el para nada envidiable sexto puesto a nivel internacional después de China, India, Estados Unidos, Brasil y Rusia. Por supuesto la desafortunada estadística hace referencia  a factores relacionados con la alimentación, donde el refresco aparece como la bebida predilecta para acompañar los sagrados alimentos.

El ritual del refresco de cola

Y es que ayer como hoy, si hay algo que no puede faltar en la mesa de la familia mexicana promedio es la tradicional bebida de cola, con la que hemos crecido millones y que debido a que la mayoría de nosotros  tiene un gran apego por las tradiciones familiares, también nos hemos  llevado esa bebida a nuestra mesa. Tomar este refresco de cola, cuya marca omitiré aunque es obvio a cual me refiero, es parte de todo un ritual, ya sea para invitarle un vaso a quien llega a visitarnos a casa, para comer en familia, celebrar cualquier cosa, ver el futbol, estar con los amigos, etcétera. Nunca puede faltar la sagrada bebida,  eso sí, con gas porque si acaso lo ha perdido, entonces inmediatamente la cola ha perdido su valor, no sirve más para acompañar nada.  

Somos para decirlo lacónica y francamente, presa del consumo de refresco sabor cola en cantidades mayores, cola, que aunque en los últimos años ha contado con competidores cada vez más efectivos sigue a la cabeza en cuanto a preferencia per cápita en México.  Son los trabajadores quienes la consumen principalmente esto debido a que consideran a ésta junto con el cigarro los sustitutos perfectos del alimento así como para soportar las largas jornadas que en ocasiones  tiene que cumplir. Y en vista de que su costo va desde los 5 pesos hasta los 27 pesos, es costeable por el salario de la mayor parte de la población. Parece descabellado pero la mayor parte del tiempo, la cola forma parte de los gastos concernientes a la canasta básica.     

Frutas y verduras, al alcance de la mano

En fin, hay que insistir que todo lo antes comentado en verdad se reflexiona poco en el día a día pero de cualquier manera es importante combatirnos algunas costumbres y hábitos alimenticios. Desde ya que existen otras opciones para beber otro tipo de líquidos verdaderamente refrescantes están a la vuelta de la esquina, no solo agua simple. ¿Qué tal agua de fruta? ¿Un jugo de verduras o frutas? La tierra mexicana es rica, es decir, crece casi todo lo que se siembre, entonces no hay ningún pretexto hay limón, naranja, papaya, piña y un largo etcétera. ¿Te gustan las combinaciones? Bueno hay agua con chía, agua de alfalfa con limón, jugo de zanahoria con betabel, y bueno, otro largo etcétera. Al final tomar agua de frutas es mucho más nutritivo, económico. No es necesario gastar demasiado si aprovechamos la fruta de temporada. Ella, la fruta tan noble como es, está ahí siempre con todas sus propiedades curativas y nutrimentales. Sin embargo es evidente que si no forma parte de nuestro consumo cotidiano de bebestibles en parte se debe a que nos resulta más fácil ir a la tienda y pedir un refresco de cola o de sabor, esto más las grandes campañas publicitarias de las cadenas refresqueras ¿qué importa? Si al fin y al cabo, paramos poco a reflexionar el consumo sobre la vida cotidiana. Pues nada es tiempo de parar y comenzar a dar un giro hacia alimentos y bebidas que realmente nos otorguen beneficios además de refrescarnos.

Aquí una receta breve para preparar jugo de zanahoria y betabel, desintoxicante natural.       

Ingredientes

1 betabel / 2 zanahorias / Medio vaso de agua

Preparación

Limpia y lava bien  el betabel y las zanahorias (no hace falta quitarle la piel al betabel).

Licua la zanahoria y el betabel y obtén un jugo espeso y homogéneo. Una vez obtenido, puedes mezclarlo con un vaso de agua.

Recomendación

Tómalo en ayunas durante una semana para limpiar tus riñones.

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