Hace pocos días dediqué unas cuantas líneas para escribir sobre una deliciosa y tradicional bebida mexicana llamada Atole que por lo demás debe ser imperdible para cualquier persona nacional o extranjera que pasee por las calles de la Ciudad de México. En esta ocasión me encuentro en la necesidad de dedicar otras nuevas líneas para escribir sobre el delicioso e inseparable compañero del Atole, es decir, el Tamal, un alimento típico de la cocina mexicana que es preparado más bien de forma artesanal y cuyo consumo en estas tierras es de larga data, pues su origen, al igual que el del Atole, también es mesoamericano.
Como muchos otros alimentos tradicionales que se consumen todos los días en México, el tamal, ha sido degustado por infinidad de generaciones. A su vez, éste, toma su nombre de voz náhuatl Tamalli que significa envuelto y según evidencias de algunos arqueólogos parece haber sido consumido desde tiempos muy remotos y que además ha sido un alimento que ha migrado por diferentes territorios desde lo que hoy es México hasta el imperio Inca, que ocupó en sus tiempos de esplendor principalmente lo que hoy llamamos el Perú. Y aunque no hay una certeza sobre cuál podría haber sido el flujo de la mencionada migración, es decir, si ésta fue de norte a sur o de sur a norte, pero la verdad es que el tamal fue, es y seguramente será consumido por las generaciones venideras.
Es del dominio público conocido que el maíz es un alimento base en toda América Latina y México no es la excepción. Tal es así que la materia prima del tamal es masa de maíz la cual se rellena con todo tipo de ingredientes, divididos en dos grandes sabores, los que son de sabor dulce y los que son de sabor salado, entre los cuáles están los de chile, de muchos tipos de chile tanto los que pican como los que no pican, no hay de qué preocuparse. El modo de preparación es relativamente sencillo, lo complicado es que para que los tamales queden como manda el santo las personas que son expertas en prepararlos tienen que cubrir ciertos pasos y poner mucha atención durante su elaboración y cocción, de ello hablaremos más adelante.
Todo un proceso de elaboración
Pues bien, para preparar tamales primero se suaviza la masa de maíz, en México ésta se puede comprar en cualquier tortillería, su precio es económico pero fluctuante y oscila entre los diez y los quince pesos. Una vez que la masa está lo suficientemente suave, que no debe tomar más de 10 minutos, y para lo cual se agrega manteca y agua, lo que sigue es tomar una pequeña porción de masa y colocarla en una hoja de maíz, después se le agrega el ingrediente que se haya elegido previamente, éste puede ser carne más mole verde o rojo; o bien el ingrediente puede ser queso y rajas o simplemente piña con pasitas. Ya que se ha agregado el ingrediente que dará sabor al tamal se procede a cubrir con un poco más de masa y envolverlo en una hoja de maíz, finalmente es puesto en una olla junto a otros tamales de muchos sabores que se va a poner a fuego lento, su cocción depende de tamaño de la olla en promedio va de los 45 minutos hasta las 2 horas.
Ahora bien, en otras regiones de México y otros países de América Latina también se prepara tamales y bueno la forma del tamal y su tamaño puede variar desde tamales cuadrados o redondos; las hojas en que son envueltos pueden ser de maíz o de plátano. Sin duda el tamal llego para quedarse desde hace siglos en la cocina americana. En la Ciudad de México (CDMX) no hay quien para desayunar no haya comido un tamal o una guajolota que es un tamal acompañado de un bolillo cuyo consumo es muy popular en las calles de la CDMX. Comprar un tamal, en guajolota o no, y un atole no cuesta más de 20 pesos. Es consumido sobre todo por trabajadores, amas de casa y escolares. Literalmente hay un puesto de tamales casi en cada esquina, así de ofertado y demandado es nuestro platillo de hoy.
Un dato curioso
A la par de otros alimentos y bebidas de la gastronomía mexicana, el tamal, también ha prestado su nombre para ser incorporado en un dicho muy popular “hacer de chivo los tamales” que hace alusión a la infidelidad, es decir, entre parejas, así por ejemplo a un hombre o una mujer, según sea el caso, se le puede decir, en caso de que su pareja le sea infiel, que “le están haciendo de chivo los tamales”. O sea que si alguna vez alguien va y les dice eso, tengan cuidado.
Junto al atole, el tamal es el otro protagonista imprescindible en la fiesta de la Virgen de la Candelaria que se celebra cada 2 de febrero. Esta celebración es muy importante para la gente de la CDMX. Y esta entrelazada con el día de los reyes magos, que es cuando se parte la rosca de reyes en cuyo interior se colocan unos muñequitos que son la representación del niño Jesús, y pues nada, a quien de toque muñeco a la hora de repartir la rosca tiene que hacer los tamales para el 2 de febrero, para todos. Hay tradiciones culinarias en México que unen a las familias, comer tamales es una de ellas. Aquí va una par receta para preparar unos ricos tamalitos de dulce en especial para niños y niñas.
Para prepara tamales de dulce:
Ingredientes (10 personas):
- 1 kg de masa de maíz (nixtamal)
- 1 manojo de hojas para tamal
- 1 kg de piña fresca picada en cuadros
100 g de coco rallado - 100 g de pasitas
- 250 g de manteca o mantequilla
- 250 g de azúcar
- 1 ½ tazas de agua
- 1 olla vaporera
Para preparar:
En una cacerola cose los cuadritos de piña junto con el azúcar hasta que la fruta esté suave, luego escurre y aparta. En un recipiente grande bate con una pala o cuchara grande la masa, la mantequilla. Cuando ya estén los ingredientes bien batidos, añade la piña cocida, el coco y las pasitas. Revuelve. Coloca en la mitad superior de cada hoja previamente lavada y suavizada (para suavizarlas déjalas por aproximadamente 3 horas remojando en agua caliente y escurre) una cucharada de la masa, envuelve y acomoda cada uno en la vaporera. Tapa la vaporera y ponla al fuego por aproximadamente 45 minutos o hasta que el tamal se despegue de la hoja.