
Era el año 1492, Cristóbal Colón empezó un viaje pensando en llegar a tierras del continente asiático a las cuales los europeos llamaban “Indias”. No existía la tecnología actual y por supuesto se desviaron un poco en su aventura original. Iban a bordo de tres embarcaciones que para la época eran unas maravillas con nombres femeninos. Así fue como, a bordo de la Niña, la Pinta y la Santa María, llegaron al nuevo continente. Colón y sus tripulantes realizaron cuatro viajes a estas tierras y fue en el tercero que llegaron a tierras suramericanas por el lado noroeste del continente, en lo que hoy se llama Venezuela, a donde ingresaron por la desembocadura del Río Caroní. Colón se llenó de admiración por lo que sus ojos veían y denominó al lugar “Tierra de Gracia”, por la belleza y la amabilidad de sus habitantes indígenas; más adelante los recién llegados se dieron cuenta de que no todo era color de rosa, pero esa es otra historia. Vamos a hablar sobre lo que yo considero una de las mejores y más elaboradas cocinas de nuestra maravillosa, contaminada y única nave espacial, llamada planeta tierra.
La historia de esta cocina, como es común en nuestro continente, está llena de mestizaje, con sus raíces africanas y europeas, y en el caso de Perú y Brasil, una gran influencia de China y Japón. Es una historia llena de luchas, de gente con una sola cosa en mente, “INDEPENDENCIA”. Hoy somos Suramericanos, en una época gastronómica muy exigente y estamos tratando de decir “estos son nuestros platos; desde Venezuela al norte, hasta Argentina el sur, venimos a representar la cocina de nuestras casas, la cocina que corre por nuestras venas, esta es la emotiva cocina Suramericana”.
Se trata de mezclas de sabores, tan infinitas como nuestra imaginación: exquisitas carnes y ricas preparaciones con el distintivo acierto de la cocina italiana que predomina en Uruguay y Argentina. ¿Y cómo olvidar sus representativos “ñoquis” que se comen los 29 de cada mes. Ricos frutos y tubérculos representan a la tierra de los indígenas Guaraníes; en Paraguay, no hay nada más importante que la peculiar sopa paraguaya, ¡es única! El gigante de Suramérica, Brasil, es el lugar donde se encuentra el pulmón vegetal más importante, la bendita selva Amazónica.
A este coloso lo representan una gran cantidad de ingredientes y productos que tienen grandes influencias africanas, alemanas y japonesas. Amalgamadas en su platillo nacional ¨la Feijoada¨. La gastronomía de Chile nos ofrece una infinidad de manjares, como el robusto atún de sus costas, al cual se le considera uno de los mejores del mundo. ¿Y qué decir de Perú, la cocina más importante de esta zona? Perú es el monstruo de la gastronomía suramericana, infinitamente premiada y reconocida a nivel internacional. Es el origen de una infinidad de variedades de papas, más de dos mil quinientos tipos de sopas y más de un centenar de postres típicos; Perú es dueño y rey absoluto del delicioso ceviche y cuna de grandes chefs, encabezados por el famado Gastón Acurio. ¡Es un vasto universo gastronómico! ¡Viva la Gran Colombia!! Gritó una vez el libertador de libertadores, Simón Bolívar, cuando esta estaba formada por Venezuela, Colombia y Ecuador.
Su gastronomía – encabezada por el ingrediente rey, el Plátano Macho, en todas sus presentaciones culinarias – permanece intacta. La querida Colombia, tierra del Gabo Márquez, con su afamada “Bandeja Paisa” uno de los platos más importantes del país, es un pueblo que nos demostró que unidos se puede luchar contra los vicios de la sociedad. ¡Venezuela, la tierra de mis amores! Cuna del libertador y de la revolución más extraña que he visto. Se le conoce por su comida dulce, que aclaro, realmente no lo es. La herencia de tres hermanas de la época de la colonia, ha quedado en esta gastronomía en forma de un pastel o torta – como se dice en ese país – hecho de plátano macho, piloncillo y queso. Este rico postre, llamado “torta bejarana” es todo un icono, así como la rica “hallaca” que es la aristócrata de los tamales. Ecuador, situado a la mitad del globo, con sus influencias europeas dentro de la gastronomía. Cuando tenga la oportunidad de probar la “Fanesca”, una rica y peculiar sopa ecuatoriana, hecha a base de leche y bacalao, se darán cuenta claramente de que es una nación de mestizajes. Influencias europeas y africanas son las que han formado el carácter de estos tres países, a la par de la preparación culinaria más usada en la región: “el sofrito”.
El término “Cocina de Altura” probablemente nació en Bolivia, ahí sí que hay alturas, tanto que el oxígeno parece acabarse, es la cocina del altiplano con su plato típico “El picante Mixto”… ¡Gracias Pachamama!.
Para finalizar esta mezcla de sabores, están dos países pequeños en tamaño pero grandes de corazón, que representan a gran parte del continente africano: la Guyana Francesa y Surinam; son lugares con una gastronomía fantástica.
Esta es la cocina del Continente Suramericano, una cocina que llegó para apoderarse de la gastronomía y que está lista para triunfar. Así que…
¡A cocinar, o SAISIR amantes de la buena gastronomía!