Atole, bebida para chicos y grandes

Atole

Una de las razones por las que siempre voy a recordar mi infancia junto a la tía Lourdes es debido a que siempre preparaba atole de muchos sabores que solía servirme en unos tarros muy grandes y bonitos. Ella, toda una fanática de la cocina tradicional mexicana solía darme a probar un sinnúmero de dulces, platillos y bebidas que me volvían loco. Ya fueran muéganos, dulce de calabaza, tamales, arroz con leche o plátanos con crema no hubo jamás mayor placer para mí en mis primeros años que saborear esas delicias que ahora, además de consumirlas cotidianamente, puedo recomendarlas con mucho gusto.

Este primer artículo, de una serie de entregas, sobre la cocina tradicional mexicana que me propongo escribir para que ustedes, nuestros lectores, conozcan la enorme variedad de opciones culinarias que México tiene para ofrecerles, surge como una necesidad de remembranza de aquellas tardes en que la tía Lourdes cocinaba para mí. Pues bien aclarado el punto sobre el motivo de las siguientes líneas, resta decir que para comenzar me gustaría contarles de una bebida que se ha consumido en estas tierras por más de 500 años, tanto por los nativos y conquistadores, como por los herederos del mestizaje cultural que significó el encuentro de Europa y América, es decir, los mexicanos.

Origen prehispánico

De origen prehispánico, el atole, es una bebida que de ninguna manera puede faltar en la mesa mexicana, lo mismo se acompaña con los tradicionales tamalitos que con pan dulce u otros alimentos. Su preparación es tan sencilla y económica que no existe pretexto que valga para no degustarlo cualquier día de la semana, en el trabajo, la casa o la calle. El atole, del náhuatl atolli que significa ‘aguado’, de atl agua y tol, diminutivo despectivo, es consumido en amplias regiones del territorio mexicano y otros países de América central principalmente. Los antiguos aztecas preparaban el atole hirviendo masa de maíz hasta que ésta estuviera espesa para después agregar endulzantes como cacao o miel de abeja. Tras la llegada de los conquistadores europeos el atole sufrió algunas modificaciones, estos comenzaron a agregar leche o agua y entonces surgió el champurrado, variante del tradicional atole.

Como la historia lo ha demostrado con creces, ni siquiera la conquista pudo quitar de la mesa mexicana la bebida que Hernán Cortes calificó de “energética” y que hoy es una opción importante ante las ofertas de la industria alimentaria que inunda con una gama de productos para beber las tiendas de autoservicio, productos que por cierto se elaboran con altas cantidades de azúcar tratada y que en realidad aportan poco a la ingesta recomendada de calorías para una dieta balanceada.

Tradición y festividad

A decir verdad, el atole, es más que una bebida, es la bebida de los dioses o por lo menos de una conmemoración muy importante para los mexicanos, quiero decir, el 2 de febrero día en que se celebra a la virgen de la Candelaria, una tradición muy importante para los mexicanos en la que hay grandes reuniones familiares y de amigos donde las protagonistas, por excelencia, son las ollas de tamales y las de atole.

Hoy en día, existe una variedad de atole de sabores que engrandecen la cocina mexicana de una manera notable coco, guayaba, mandarina, fresa, chocolate, avena por mencionar algunos. Y es que beber atole es una práctica común para los capitalinos, nada más fácil que hallar un expendio de atole en la Ciudad de México, su precio, más que económico, oscila entre los 8 y los15 pesos. Una verdadera ganga que también es consumida en los estados de Oaxaca, Veracruz y Michoacán.

Tanta es la predilección por el atole en la capital y la zona metropolitana que al norte de ésta en el municipio de Coacalco, Estado de México, año con año, desde 1990, se lleva a cabo La feria del atole durante el mes de octubre. Ubicado a unos cuantos kilómetros de la Ciudad de México, Coacalco es el lugar elegido para celebrar a un grande de las bebidas tradicionales mexicanas.

Un dato curioso sobre el atole, es que éste ha logrado traspasar las fronteras de la cocina mexicana para colocarse en el dicho popular “dar atole con el dedo” que se utiliza cuando una persona le da un paliativo a otra, es decir, para conseguir un beneficio de ésta que generalmente es en su perjuicio. Y es que los juegos de palabras y los dichos son para los mexicanos lo que el azul es al cielo. Así que si un día alguien les dice que “le están dando atole con el dedo” es posible que se refiera a que ustedes tratan de darles paliativos para conseguir su cometido.

Finalmente, como hemos visto hasta ahora tener un tarro de atole en la mesa es una tarea muy simple pero por si acaso lo que a ustedes les gusta es la cocina, aquí está una sencilla receta para preparar atole de vainilla en tan solo unos cuantos minutos desde la comodidad de su hogar:

Ingredientes (10 porciones)

  • 2 litros de leche
  • 1 vaina de vainilla
  • 1 pizca de sal
  • 150 gramos de fécula de maíz
  • ½ litro de agua
  • 1 lata (397 gramos) de leche condensada
  • Azúcar, al gusto

Modo de preparación

Preparación: 5min › Cocción: 20min › Listo en: 25min

  • A) Calienta la leche con la vainilla y la sal en una olla a fuego suave.
  • B) Disuelve la fécula de maíz en el agua y agrégala poco a poco a la leche hirviendo, sin dejar de mover.
  • C) Añade la leche condensada y azúcar. Sigue cocinando, sin dejar de mover, hasta que el atole obtenga la consistencia adecuada.

En definitiva, pasear por las calles de la Ciudad de México acompañados de un atole o bien disfrutarlo en la comodidad de casa es un placer de chicos y grandes. Así que si un día están por tierras mexicanas, una tarea obligatoria es comprar o preparar atole y tomarlo bien calientito.

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Written by Mexico.is

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